Lunes Santo 2022 (11 de abril)

“Jesús entró en el templo y echó de allí a todos los que compraban y vendían. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas. ‘Escrito está,’ les dijo, “‘Mi casa será llamada casa de oración”; pero ustedes la están convirtiendo en “cueva de ladrones.”‘ —Mateo 21:12-13 NVI

El día después de su “entrada triunfal” a Jerusalén, Jesús volvió a la ciudad para visitar el templo, y una vez ahí, echó fuera a las personas que habían hecho un negocio de la religión.

En esa época, se adoraba a Dios ofreciéndole sacrificios de animales, y lamentablemente había gente que se aprovechaba de los que no tenían tierras ni animales y les vendía esos animales a precios injustos.

En vez de ser una bendición al mundo, la casa de Dios se había convertido en una “cueva de ladrones”.

¿Qué lección podemos aprender de esto?

En un sentido muy básico, las personas que vendían animales en el Templo ya no intentaban ayudar a otros a adorar a Dios sino que sólo estaban interesados en lo que podían obtener de ellos (en este caso, dinero).

Si no tenemos cuidado, podemos empezar a ver a otros como oportunidades para avanzar nuestra propia agenda en vez de personas preciosas que Dios ha puesto en nuestra vida para que las sirvamos.

Cuando interactuamos con alguien, que nuestra primera reacción sea preguntarnos: “¿Cómo puedo mostrarle el amor de Dios?” y no “¿Qué puedo obtener de él/ella?”

Esa actitud de generosidad cambiaría nuestro mundo.

Aplicación

¿Cómo podés mostrar el amor de Dios a los demás? ¿Podés llamar a alguien? ¿Podés ayudar a proveer alimentos a los que están pasando por necesidad? ¿Podés orar? Escribí lo que decidas y ponete la meta de hacerlo en esta semana.

Oración

Jesús, ayudame a ser generoso/a con tu amor y recordar que puedo ser de bendición para otros sea cual sea mi situación actual. En tu nombre; amén.