Miércoles Santo 2022 (13 de abril)
“Él se adelantó un poco más y se inclinó rostro en tierra mientras oraba: ‘¡Padre mío! Si es posible, que pase de mí esta copa de sufrimiento. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía.’”
—Mateo 26:39 NTV
La Biblia no cuenta con claridad lo que pasó el miércoles de Semana Santa. Muchos creen que Jesús aprovechó el día para descansar y prepararse para los días más críticos de su vida en esta tierra, mientras que otros piensan que volvió al templo para enseñar como había hecho los dos días anteriores.
Lo único que sabemos con seguridad acerca de ese día es que los líderes religiosos estaban cerrando sus planes para matar a Jesús, sin embargo Jesús no hizo nada al respecto. No huyó de Jerusalén ni tampoco trató de frustrar los planes de sus adversarios.
Jesús entendió cuál era su propósito: morir en la Cruz para recibir nuestra condena y preparar el camino para que pudiéramos conocer a Dios.
Aun en su momento más oscuro, a pocas horas de su arresto y muerte, su oración era esta: “¡Padre mío! Si es posible, que pase de mí esta copa de sufrimiento. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía” (Mateo 26:39 NTV).
Siempre existe la tentación de avanzar nuestra propia agenda y buscar los resultados que más nos convienen a nosotros, pero Jesús nos mostró otro camino: confiar en el propósito de nuestro Padre aun cuando no tiene sentido.
Que nuestra oración hoy sea, “Que se haga tu voluntad, no la mía.” Esa frase marcó la historia y tiene la capacidad de transformar nuestras vidas también.
Aplicación
Este Miércoles Santo tomá un momento para reflexionar sobre esa oración de Jesús: “Que se haga tu voluntad, no la mía.” Sea lo que sea que estés enfrentando hoy, dejá que esa sea tu oración. Entregale a Dios cada situación que te esté trayendo angustia y descansá en la confianza de que el Señor cumplirá su propósito.
Oración
Jesús, si vos sometiste tu propia voluntad a la del Padre yo también voy a entregar mis planes y declarar, “Que se cumpla tu voluntad, no la mía.” Ayudame a confiar. En tu nombre; amén.