Jueves Santo 2022 (14 de abril)
“Jesús sabía que el Padre le había dado autoridad sobre todas las cosas y que había venido de Dios y regresaría a Dios. Así que se levantó de la mesa, se quitó el manto, se ató una toalla a la cintura y echó agua en un recipiente. Luego comenzó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura.”
—Juan 13:3-5 NTV
Llegamos a Jueves Santo, ese día decisivo en el que Jesús fue traicionado, arrestado y llevado ante los líderes judíos y romanos para ser juzgado. Pocas horas antes de esos eventos, Jesús y sus discípulos se juntaron para celebrar la fiesta de los panes sin levadura, su última comida juntos antes de la crucifixión.
En esa “Santa Cena” con sus discípulos, la Biblia nos cuenta que Jesús “comenzó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura.” Quizás esto nos suena un poco raro porque ya no tenemos la costumbre del lavado de pies, pero si prestamos atención a la respuesta de Pedro (Jn 13:6-8), para los discípulos la acción de Jesús no fue raro sino escandaloso porque solamente los esclavos no judíos limpiaban los pies sucios de los invitados.
Jesús mostró con su ejemplo algo que había enseñado antes: “El más importante entre ustedes debe ser el sirviente de los demás” (Mateo 23:11 NTV). Humillándose ante sus discípulos, Jesús nos enseñó que la grandeza consiste en servir a otros.
En este Jueves Santo podemos aprender de Jesús y vivir como él. Cuando elegimos servir a los demás, no solamente les damos valor y dignidad a esas personas sino que también encontramos una vida verdaderamente plena (Mt. 16:25).
Aplicación
¿Cómo podés servir a alguien hoy? Tomá un momento para pedir a Dios que te muestre algo práctico que podés hacer; puede ser algo tan sencillo como hacer una tarea que suele hacer otra persona de tu familia o llamar a alguien y darle una palabra de aliento.
Oración
Jesús, si vos, Dios en la carne, te hiciste el sirviente de los demás, yo no soy demasiado importante para ensuciarme las manos sirviendo a los que me rodean. Que mi vida sirva para levantar a otros. En tu nombre; amén.