Sos mi refugio (19 de octubre)
“¡Qué alegría para todos los que se refugian en él!” — Salmo 2:12b NTV
Es fácil sentir que los mandamientos de Dios nos limitan.
Así se sintieron los “gobernantes” del Salmo 2 cuando dijeron del Señor: “¡Rompamos las cadenas . . . y liberémonos de ser esclavos de Dios!” (Salmo 2:3 NTV).
Vivimos en una sociedad que define la libertad como la capacidad de hacer cualquier cosa que queramos y que tiene una sola ley: debemos hacer lo que nos haga sentir bien.
El único problema con esa filosofía es que la Biblia nos enseña que seguir todos nuestros antojos no trae libertad sino esclavitud (ver Juan 8:34; Romanos 6:15-18).
Hablá con cualquier persona que llegó a tener una adicción y te podrá comprobar esa verdad.
Las palabras finales del Salmo 2 nos aseguran: “¡Qué alegría para todos los que se refugian en él!”
Cuando elegimos someter nuestras vidas a la Palabra de Dios descubriremos que él no es opresivo sino un refugio.
Aplicación
Hoy, en el tiempo que apartes para orar, tomá unos momentos y reflexioná en esta pregunta: ¿hay algún área de mi vida que no haya sometido a Dios? Cuando nos sometemos a la Palabra de Dios y dejamos que él “gane terreno” en nuestra vida, veremos que no estaremos limitados sino que experimentaremos más libertad.
Oración
Padre, tus palabras dan vida. Sos mi refugio. En tu nombre; amén.