Nuevo Año, un nuevo propósito (23 de diciembre)
“Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes.”
—Juan 15:15 NVI
Dejar de fumar, cambiar de trabajo, adelgazar, ahorrar, terminar la carrera … son algunos pocos de los muchos objetivos que podríamos proponernos para el año próximo.
Pero en lo personal, al finalizar este mes de diciembre, tengo que reconocer que varias de las metas que me había propuesto quedaron en el olvido y unas pocas (por no decir, solamente un par de ellas) han visto la luz.
Por eso, para el 2022 me he propuesto no tomar ninguna decisión.
Sí, sí. No tomar ninguna decisión que no implique un plan de trabajo, fechas y acciones muy concretas o tareas para ejecutar.
Me di cuenta que no sólo hay que desear y que no sólo hay que estar dispuesto. Hay que avanzar, animarse, producir y atreverse.
No basta sólo con estar decidido, es cuestión de trabajar, de construir y de perseverar en eso.
Quiere decir que no debo acostumbrarme a la rutina de que las cosas pasen, sin mi intervención.
Es mucho más que desearlo: es hacer que suceda.
Por eso, me he propuesto algunas pocas metas, no demasiadas, para no defraudarme a mí mismo el próximo mes de diciembre.
Quiero ser específico, concreto, simple y constante y no posponer acciones. Lo voy a escribir en algún lado y voy a gastar un poco de tiempo para pensar cómo llegar a diciembre con todo el plan de acción ejecutado en un 100%.
También sé que no todo dependerá de mí. Voy a quitar las emociones que se relacionan con la excesiva preocupación, la ansiedad y la incertidumbre lógica que genera el futuro.
Voy a confiar que él que tiene el control me va a respaldar.
Pero entonces, ¿cuál va a ser mi propósito?
Ahora que nadie está escuchando, te lo cuento: mi propósito para el 2022 es ser más amigo y buscar conocer mejor a la persona que más admiro en este mundo. A pasar más tiempo con él.
Seguramente, ya sabés de quién se trata.
Sí, es él: el Señor Jesús.
Voy a ponerlo como mi objetivo principal y a trabajar en eso.
Aplicación
En estos últimos días antes de las fiestas de la Navidad y el Año Nuevo, tomá un momento para reflexionar. ¿Qué lograste en este año? ¿Qué metas tenés para este año que viene? Recordá que por encima de todas las metas que podamos tener, lo más importante siempre va a ser lo mismo: conocer más a Jesús. Los años van y vienen, pero nuestra mayor meta siempre debería ser la de pasar más tiempo con Dios.
Oración
Jesús, dame el deseo de conocerte más. Este va a ser mi mayor propósito en el año que viene: pasar más tiempo con vos. Oro esto en tu nombre; amén.