De Arriba Abajo (9 de Abril)
“Entonces Jesús volvió a gritar y entregó su espíritu. En ese momento, la cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo.” Mateo 27:50-51a NTV
No hay duda de que Jesús marcó la historia. El mismo calendario se divide en dos partes: antes de Cristo (a. C.) y después de Cristo (d. C.).
Pero el impacto de la vida y muerte de Jesús va más allá del calendario; también transformó fundamentalmente la forma en la que nos podemos relacionar con Dios.
En el momento que Jesús murió en la Cruz “la cortina del santuario del templo se rasgó en dos” (Mateo 27:51 NTV). Esa cortina ocultaba un sector del templo: el “Lugar Santísimo” donde estaba el Arca del Pacto y donde habitaba la presencia tangible de Dios. Solamente el Sumo Sacerdote podía entrar en ese lugar sin morir, y ese sólo podía hacerlo una vez al año.
Cuando Jesús murió la división entre Dios y la humanidad desapareció y las personas recibieron acceso directo a su presencia.
Como dice Hebreos 10:19, 22 (NVI), “Así que, hermanos, mediante la sangre de Jesús, tenemos plena libertad para entrar en el Lugar Santísimo…Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe.”
Es simple: gracias a Jesús tenemos acceso directo a Dios. No nos quedemos afuera con miedo sino que entremos con confianza al Lugar Santísimo.
Aplicación
Hoy meditá en Hebreos 10:19-22 y recordá que tenés acceso directo a Dios. No necesitás intermediarios sino que podés conocerlo por tu cuenta.
Oración
Jesús, si rasgaste la cortina del templo ya no voy a quedarme afuera de tu presencia. Ayudame a conocerte más cada día. En tu nombre; amén.