El Trono del Juez (24 de Marzo)
“¿No deberías haber tenido compasión de tu compañero así como yo tuve compasión de ti?” Mateo 18:33 NTV
En Mateo 18 Jesús cuenta la historia de un siervo que fue perdonado una deuda astronómica, pero después se negó a perdonar una deuda mucho más pequeña que le debía un compañero suyo. Los demás siervos, tristes por lo que había ocurrido, fueron y explicaron la situación a su amo. En respuesta el rey, enojado, llamó al siervo y le dijo, “¿No deberías haber tenido compasión de tu compañero así como yo tuve compasión de ti?” (Mateo 18:33 NTV).
La respuesta apropiada al perdón de Dios es perdonar a otros. De hecho, Jesus explicó, “Si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas” (Mateo 6:15 NVI).
Estas son palabras fuertes. Pero si lo pensamos bien, cuando nos negamos a perdonar a alguien nos estamos poniendo en el trono del Juez Supremo y declarando que sabemos mejor que Dios, quien murió para perdonar los pecados de esa persona.
Y no podemos declarar que Jesús es nuestro Señor y a la vez querer suplantar su trono.
Muchas veces nos cuesta perdonar a alguien porque nos hizo algo verdaderamente malo y no queremos excusar ese tipo de maldad. Pero es importante saber que perdonar no significa excusar el mal que otro nos hizo sino elegir dejar el trono del Juez y descansar en el conocimiento de que algún día Dios “juzgará a cada uno según lo que haya hecho” (Romanos 2:6 NTV).
Cuando perdonamos a otras personas hallamos descanso del trabajo arduo de ser los jueces del mundo y nos liberamos para vivir la vida abundante que Jesús nos ofrece.
Aplicación
Tomá un momento hoy para preguntarle a Dios si necesitás perdonar a alguien. Perdonar a otros (aunque no lo merezcan) puede ser un paso clave en experimentar la libertad que Dios tiene para vos.
Oración
Jesús, si me perdonaste aun cuando no lo merecía yo también voy a perdonar a los demás, y así encontrar descanso para mi alma. Dame la misma compasión que tenés vos. En tu nombre, amén.